miércoles, 16 de marzo de 2016

Capítulo IV

Tengo la certeza de que mi tía dejo una carta algo sobre su muerte y así fue  la cual decía

Tengo la certeza de que mi tía dejo una carta algo sobre su muerte y así fue  la cual decía

La apuñalo, me hiero y con la pistola que estará sobre mi mesa de noche haré varios disparos que atraerán a las mucamas y con suerte a los vecinos.

El agresor huirá por donde entró. Me aseguraré que se encuentren huellas.

La policía hará pocas preguntas ya que se verán las marcas de mi pelea y las pisadas en el jardín.

Acudiré, pidiendo ayuda, a mi colega el Fiscal Joaquín Prieto Galmaz. Como amigo sabrá abreviar la gestión.

Antes, razoné, pasaré los seis meses previos haciendo una vida correcta y luego, después del incidente, continuaré como un asceta hasta que termine la investigación. Seré el viudo dolido por varios meses y, además, un padre perfecto e irreprochable.

Ser viudo es más interesante que ser soltero. Ya sabré aprovechar y disfrutar de mi nueva libertad.

Llego la noche esperada.

¡Duele mucho!……..

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