martes, 15 de marzo de 2016

Capítulo I

La mañana era fría, lluviosa y no sentía placer al tener que salir.
Las calles húmedas y grises acompañaban mi curiosidad.
Jamás creí vivir semejante situación.
Así se dieron las cosas.
La reunión se llevó a cabo en la galería central. Última oficina, al fondo.
Mis primos, mi tío, los abogados y los médicos esperaban. Llegué justo a horario. Escuché las campanadas del viejo reloj dando las diez horas.
En la mesa central estaba el cofre. El abogado de la familia lo abrió y entregó el sobre lacrado al notario oficial.
Éste lo revisó comprobando que los sellos estaban intactos.
-Señores-dijo-iniciaremos el acto con la apertura del sobre y lectura del legado de doña Esperanza Sánchez Espinoza de Robles.
Un gran silencio invadió la reunión.
Se leía en los rostros la angustia y curiosidad de los presentes, excepto de mi tío Gerardo.


El documento decía, según recuerdo, más o menos así…


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