miércoles, 16 de marzo de 2016
Capítulo IV
Tengo la certeza de que mi tía dejo una carta
algo sobre su muerte y así fue la cual
decía
Tengo la
certeza de que mi tía dejo una carta algo sobre su muerte y así fue la cual decía
La apuñalo,
me hiero y con la pistola que estará sobre mi mesa de noche haré varios
disparos que atraerán a las mucamas y con suerte a los vecinos.
El agresor
huirá por donde entró. Me aseguraré que se encuentren huellas.
La policía
hará pocas preguntas ya que se verán las marcas de mi pelea y las pisadas en el
jardín.
Acudiré,
pidiendo ayuda, a mi colega el Fiscal Joaquín Prieto Galmaz. Como amigo sabrá
abreviar la gestión.
Antes,
razoné, pasaré los seis meses previos haciendo una vida correcta y luego, después
del incidente, continuaré como un asceta hasta que termine la investigación.
Seré el viudo dolido por varios meses y, además, un padre perfecto e
irreprochable.
Ser viudo es
más interesante que ser soltero. Ya sabré aprovechar y disfrutar de mi nueva
libertad.
Llego la
noche esperada.
¡Duele
mucho!……..
Capítulo III
Nadie sabía
y tampoco nadie quería comentar sobre la muerte de mi tía
al
parecer todos mis parientes estaban
conformes
ya que les toco una parte de la herencia de mi tía
lo que más
me realizo intriga fue que ella comentaba
si su
muerte sería natural.
Cuando
ella aún vivía siempre me decía que las personas no son lo que parecen,
es más difícil
engañar a la gente, que convencerlos que han sido engañados
siempre creí
en esas palabras ya que resultaban a mi parecer que si era verdad la gente se
la
puede
manipular de una manera
tan
sigilosamente que no lo notan
solo
debes saber qué acciones y que palabras utilizar ante ellas, solamente el
individuo que no se encuentra atrapado en la sociedad puede influir en ella de
manera fundamental.
Pero mi
tía nunca fue una santa paloma siempre tenía secretos ni los cuales su marido
estaba enterado de ellos yo podría decir que ella haya está pidiendo perdón,
no obstante sé que ira al infierno, no le gustaba que le comparen ni mucho
menos que se metan en sus asuntos, pero su esposo era mucho más tenebroso que
ella tenía una conducta extraña a mi parecer poco social nunca le agrado la
personas excepto mi tía e inclusos ocasiones le he escuchado decir comentarios
un poco desagradables
martes, 15 de marzo de 2016
Capitulo II
Cuando se lea este documento es porque ya no
pertenezco a este mundo. Con mis facultades mentales en plenitud y sano juicio
he decidido repartir la herencia familiar de las cuales soy la administradora y
única heredera. Por ello con mi abogado y médico de cabecera como testigos es
que:
Dejo a mis queridos hijos todas mis alhajas y
propiedades. A mi fiel sobrino (yo) la cabaña a orillas del mar. Al hospital de
Maternos, del cual mi madre fue la fundadora, los pisos de la avenida Las Heras
y sus ganancias de alquileres.
Si mi fallecimiento sucediera de forma natural, lego
a mi leal marido, la renta de mis campos…
Así concluyó la lectura.
Silencio absoluto.
Sólo tío gesticuló mascullando algo.
Todos sin excepción, comprendimos o creímos
comprender la naturaleza del extraño e incomprensible accidente que sufriera
tía Esperanza.
Cuando se lea este documento es porque ya no
pertenezco a este mundo. Con mis facultades mentales en plenitud y sano juicio
he decidido repartir la herencia familiar de las cuales soy la administradora y
única heredera. Por ello con mi abogado y médico de cabecera como testigos es
que:
Dejo a mis queridos hijos todas mis alhajas y
propiedades. A mi fiel sobrino (yo) la cabaña a orillas del mar. Al hospital de
Maternos, del cual mi madre fue la fundadora, los pisos de la avenida Las Heras
y sus ganancias de alquileres.
Si mi fallecimiento sucediera de forma natural, lego
a mi leal marido, la renta de mis campos…
Así concluyó la lectura.
Silencio absoluto.
Sólo tío gesticuló mascullando algo.
Todos sin excepción, comprendimos o creímos
comprender la naturaleza del extraño e incomprensible accidente que sufriera
tía Esperanza.
Capítulo I
La mañana era fría, lluviosa y no
sentía placer al tener que salir.
Las calles húmedas y grises acompañaban
mi curiosidad.
Jamás creí vivir semejante situación.
Así se dieron las cosas.
La reunión se llevó a cabo en la
galería central. Última oficina, al fondo.
Mis primos, mi tío, los abogados y los
médicos esperaban. Llegué justo a horario. Escuché las campanadas del viejo
reloj dando las diez horas.
En la mesa central estaba el cofre. El
abogado de la familia lo abrió y entregó el sobre lacrado al notario oficial.
Éste lo revisó comprobando que los
sellos estaban intactos.
-Señores-dijo-iniciaremos el acto con
la apertura del sobre y lectura del legado de doña Esperanza Sánchez Espinoza
de Robles.
Un gran silencio invadió la reunión.
Se leía en los rostros la angustia y
curiosidad de los presentes, excepto de mi tío Gerardo.
El documento decía, según recuerdo, más
o menos así…
La mañana era fría, lluviosa y no
sentía placer al tener que salir.
Las calles húmedas y grises acompañaban
mi curiosidad.
Jamás creí vivir semejante situación.
Así se dieron las cosas.
La reunión se llevó a cabo en la
galería central. Última oficina, al fondo.
Mis primos, mi tío, los abogados y los
médicos esperaban. Llegué justo a horario. Escuché las campanadas del viejo
reloj dando las diez horas.
En la mesa central estaba el cofre. El
abogado de la familia lo abrió y entregó el sobre lacrado al notario oficial.
Éste lo revisó comprobando que los
sellos estaban intactos.
-Señores-dijo-iniciaremos el acto con
la apertura del sobre y lectura del legado de doña Esperanza Sánchez Espinoza
de Robles.
Un gran silencio invadió la reunión.
Se leía en los rostros la angustia y
curiosidad de los presentes, excepto de mi tío Gerardo.
El documento decía, según recuerdo, más
o menos así…
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